Pues la razón es muy sencilla, señora. Porque hace una semana yo también comía azúcar.
Este gran hombre predicó con el ejemplo, necesitaba tiempo y reflexión para corregir sus propias fallas, pero siempre con la disposición de lograrlo y compartir su sabiduría. Esto es un ejemplo de solidaridad que debemos tomar en cuenta para educar a nuestros hijos y a nosotros mismos.